La revolución de la fiabilidad

La emblemática Honda CB750 fue la primera Superbike de la historia y puso a Honda en el mapa de los fabricantes de motos grandes. La CB750 fue la primera motocicleta asequible de producción general equipada con un motor transversal de cuatro cilindros en línea con un solo árbol de levas en cabeza (SOHC), un arranque eléctrico y un freno de disco delantero.

El precio de introducción de 1.495 dólares dio a la CB750 una ventaja considerable sobre su competencia, especialmente sus rivales británicos. No era tanto que la CB750 Four fuera más rápida, porque no lo era, una Norton 750 bien montada podía poner mucho aire limpio entre ella y una CB750, incluso una BSA Rocket Three podía superarla en la mayoría de los casos. Pero el problema era que ambas máquinas estaban mal hechas, solían tener fugas de aceite, sólo tenían frenos de tambor y arranque a patada, y parecían muy anticuadas.

La fiabilidad de la competición británica se dio a conocer cuando Dick Mann llevó una Honda CB750 Four preparada para la competición a una victoria histórica en Daytona en 1970. La vuelta más rápida fue de una BSA Rocket Three, pero una a una las máquinas británicas fallaron, dejando que el glorioso aullido de las Honda en los megáfonos abiertos se llevara los laureles.

La leyenda de la Honda CB750 Four había nacido realmente y ahora es considerada por la mayoría de los entusiastas como la mejor moto del mundo. No tanto por sus prestaciones como por su innovación en el diseño, su magnífica calidad de fabricación y su extraordinario aspecto.